Finlandia y Suecia aceleran unirse a la OTAN ante la Guerra de Ucrania
Si Rusia comenzó la guerra en Ucrania motivado por el avance de Occidente hacia sus territorios metropolitanos, seguramente la intensificará al saber que Finlandia y Suecia podrían unirse a la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), algo que podría interpretarse como un nuevo acoso a sus fronteras.
Ambos países ya consideran esa opción impulsados por la invasión rusa en Dumbass, bajo una estrategia que el presidente Vladimir Putin ha destacado que tiene el propósito de defender a la población, la cual ha señalado como víctimas constantes de bandas extremistas ucranianas desde 2014.
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El Kremlin asegura que sus fuerzas armadas ocuparon la zona como una medida de protección a los civiles rusófilos, sin embargo, los resultados no parecen ser alentadores pues, hasta ahora, en lugar de que la OTAN se retraiga, por el contrario ha encontrado más justificantes para aumentar su avance hacia el Oriente y el Cáucaso, una acción que Moscú ha identificado como una seria provocación a su seguridad nacional.
Resulta increíble como Ucrania, a la que Rusia se opone a que integre a esa alianza militar, esté siendo usada como un ejemplo para que países que alguna vez demarcaron la neutralidad, ahora estén viendo en ello, una decisión más viable ante posibles amenazas del gran Oso.
La OTAN ha tomado la decisión de Finlandia y Suecia como una excelente ocasión para fortalecerse, justificar el envío de más armamento a Ucrania y, de paso, aceptar a nuevos miembros que la harán más sólida y dinámica.
Si bien Rusia ha acusado constantemente a Ucrania de comportarse como un remedo nazi, en el que hasta sus milicias se identifican con emblemas de la SS cuando realizan sus ataques, lo cierto es que cada vez más el tablero recuerda los inicios de la Segunda Guerra Mundial, donde Rusia está en el centro de las estrategias militares por segunda vez en la historia.
El Pentágono ha calificado esta tendencia de adhesión como un nuevo error estratégico ocasionado por la rigidez bélica de Moscú que, en lugar de favorecer una solución, se está viendo atrapado en sus propios límites.
Este viernes, el gobierno finés iniciará pláticas para su postulación de ingreso al bloque atlántico, la cual se espera que sea del tipo fast track, ante la urgencia que ha desatado la guerra regional. Tan rápido podría ser su ingreso que las autoridades de ese país confían en que las discusiones de su gobierno en torno al tema podrían iniciarse «en las próximas semanas».
Incluso se estima que estas podrían concluir antes del solsticio de verano, lo que nos deja un claro mensaje de que la crisis se extenderá posiblemente hasta finales de año.
Es importante destacar que Finlandia comparte más de mil kilómetros de frontera con Rusia. En 1939, enfrentó al Ejército Rojo durante la Guerra de Invierno, tras negarse a intercambiar territorios que Moscú deseaba para establecer bases militares y para defender Leningrado. Moscú no aceptó la negativa y simplemente invadió al país boreal en noviembre de ese año, ocasionando una guerra que duró casi cuatro meses. Ahora, las autoridades finesas simplemente no quieren quedarse solos en caso de una nueva tensión semejante.
Por su parte, el Kremlin teme que esta decisión de Helsinki comprometa una mayor movilización de fuerzas y armamento a lo largo de la línea fronteriza ruso-finesa.
Con respecto a Suecia, su integración a la OTAN podría ser aún más rápida, pues esta estaría lista a finales de mayo. De ser así, la Alianza euroatlántica pasaría de 30 a 32 miembros, aunque se dice que Finlandia se ha comportado todas estas décadas como si fuera un miembro de la organización sin necesidad de serlo. La guerra de Ucrania sólo podría significar para Helsinki, la regularización de sus intenciones con la OTAN, bajo el concepto de que, si Rusia no dudó en atacar a sus primos ucranianos, qué podría esperarse de ellos en los próximos meses.
Con información de Europa Press y CNN