Turquía/Siria. Cuando lo urgente, le gana a lo necesario

En una catástrofe como el reciente terremoto de Turquía y Siria, que con sólo 7.8 grados Richter, causó más de 7 mil 700 personas muertas y decenas de miles de heridos, no se trata sólo de enviar ayuda, sino de saber cómo hacerlo de manera rápida y eficaz. Ese es el papel de las organizaciones humanitarias cuya misión consiste en coordinarse con prontitud tanto en la recolección de la asistencia como en la exploración zonal y su desplazamiento logístico para llevarla con celeridad. Veamos un poco cómo lo hacen.

La primera pregunta que se hacen es establecer un plan de ruta preguntándose dónde son las áreas con mayor nivel de urgencia y qué características tiene el terreno al que deben acceder.

La forma de pensar que tienen los activistas y para médicos de organismos como el Comité Internacional de la Cruz Roja (CICR) y, en este caso, la Media Luna Roja Internacional (MLRI), por tratarse de países afectados árabe-musulmanes, es que en una crisis no existen necesitados, sino víctimas en riesgo de urgencia.

Emma Foster, de la organización Norwegian Refugee Council (NRC), en una crisis de magna intensidad, entra en funciones un equipo de seguridad, encargado de verificar que todo el personal esté bien, apto para desempeñar sus funciones y, sobre todo, que las existencias de ayuda material y las redes logísticas, estén seguras y operables bajo toda la presión que se requiere. Eso no tarda mucho porque ya se tienen auditorias del stock de la ayuda, así como con reportes periódicos del personal y la constatación de que se encuentran realmente en todas sus posiciones y en espera de entrar en acción.

Reconocimiento del terreno

En la segunda fase se evalúa la situación sobre el terreno y se toman decisiones importantes sobre dónde se necesita ayuda de inmediato y se establece varios sistemas de planificación de operación, Esta parte también se encuentra avanzada, pues expertos como personal técnico en reconocimiento topográfico, ingeniería civil y estructuralista y hasta de asesoría militar pasiva, ya cuentan con evaluaciones de distintas clases de riesgo, lo que ayuda a que el trazado de un sistema de operación in situ se acelere casi de forma real.

Exploración digital

Antes de la entrada de los activistas y paramédicos, el equipo de exploración digital lanza drones de inspección zonal, lo que les permite crea un mapa de la región afectada, esto se hace mientras el personal avanza hacia el sector. Para cuando estos llegan al lugar, se les hace llegar vía digital un reconocimiento eficaz de riesgos topográficos.

Equipo de búsqueda

En este punto, se separan del grupo los equipos de búsqueda, de logística humanitaria y de instalación de bases operativas, mientras los meteorólogos ya cuentan con reportes claros sobre el medio ambiente y los riesgos que podrían causar a víctimas y activistas.

Turquía y Siria, diferentes escalas de urgencias

¿Nunca se han preguntado por qué cuando la noticia sale al público por lo menos ya hay un número de víctimas que se pueden reportar en los medios de comunicación? Porque los escuadrones de ayuda ya tienen eso calculado de acuerdo con el patrón estudiado de catástrofes anteriores. Ya conocían un aproximado de fallecidos y heridos, porque determinan previamente en su área de operación la cantidad de población que hay en el área, y han evaluados situaciones de riesgo de esa población y hasta han considerado su situación socioeconómica, algo que también define la urgencia de la ayuda.

En el caso del terremoto de Turquía y el norte de Siria, el factor de operación es diferente. Los activistas operativos, que ya se encuentran trabajando en contacto con medios de comunicación, tiendas comerciales, grupos de solidaridad, dan cauce a los voluntarios, con quienes coordinan la recolección de bienes de asistencia como agua, alimentos, donativos, fondos económicos, enseres de uso personal y hasta la búsqueda de estructuras para la instalación de refugios colectivos.

Interacción con organizaciones internacionales

Es hasta este punto cuando se establece la comunicación con otras organizaciones internacionales y se empieza a cerrar la pinza operacional dando a la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios la fuerza real para que coordine las operaciones humanitarias. La institución posee ahora el sustrato legal y operativo para intervenir en la crisis, considerando las posibles salvedades étnicas, políticas y sociales. En Siria, por ejemplo, la participación humanitaria de las Naciones Unidas difiere de otros países en que el gobierno acepta la ayuda en lugar de solicitarla.

Por el contrario, Turquía que sí cuenta con una autoridad de respuesta a desastres naturales fuerte y eficiente, la situación es más difícil, no sólo porque cuenta con una capacidad de atención de urgencia, sino porque enfrenta un conflicto armado, que impide a las organizaciones humanitarias actuar con mayor libertad. En esta situación, sucede al contrario, pues es el gobierno de Ankara el que determina qué tipo de ayuda es que requiere para enfrentar su emergencia.