Seremos seres de plástico… ¡si seguimos contaminando los mares!

No serán los políticos ni los ejércitos los que prevalecerán en el futuro, pero sí los plásticos. Hay en la actualidad 4.8  y 12.7 millones de toneladas métricas en los océanos del planeta. La tendencia no parece disminuir pues se teme además que en los próximos treinta años podría llegar a los tres billones de basura, lo que hace aún más preocupante la situación del medio ambiente marino que, curiosamente, es el que más oxígeno produce a través del pláncton.

La verdad es que no nos ha importado que toda esta contaminación afecte a las especies marinas, mientras no sea a nosotros mismos. Según un reporte hecho por Global Change Biology, las tortugas marinas, cetáceos y peces han sido las especies con mayor impacto por la presencia de plásticos en el entorno marino, pues la ingieren atraídas por los colores de las etiquetas y del envase mismo.

¿Qué especies están siendo afectadas?

Principalmente, las tortugas marinas que consumen plásticos blancos (66,60 %), con fibras (54,54 %) y polímeros de baja densidad o LDPE (39,09 %). Le siguen los cetáceos: blancos (38,31 %), fibras (79,95 %) y poliamidas (49,60 %). Los  peces que se tragan plásticos transparentes (45,97 %), fibras (66,71 %) y poliéster (36,20 %).

En general, los microplásticos de fibra clara son probablemente los tipos más predominantes ingeridos por la megafauna marina en todo el mundo.

¿De dónde rayos provienen esos plásticos?

Han lavado toda su vida, ¿verdad? si no, qué vestirían a diario. Pues esas bolsas de detergente son las principales causas que además vienen acompañadas por todo tipo de basura que es arrastrada a los mares, junto con otras miles de toneladas de desechos plásticos como papeles plástificados, vasos desechables, popotes, bolsas de polietileno, etcétera.

La fauna marina los confunde con lo que podría ser su comida habitual, entre estas especies gelatinosas que ingieren al mismo tiempo que se alimentan o bien que ya están presentes en las presas que capturan. También sucede que los llamados macro y microplásticos translúcidos y pequeños son confundidos por alimento por muchos grupos de especies, como las tortugas marinas que, al ingerirlos, bloquean el tubo digestivo y los animales acaban muriendo por inanición.

Conciencia ecológica de «dos cuadras»

El gran problema es que el hombre sigue pensando que la contaminación, mientras «no esté en mi casa o mi banqueta» no importa. La percepción del problema es minúsculo, al nivel de un simple par de cuadras de su habitat, cuando ésta debería extenderse a un nivel más amplio. Esto significa que hemos sido muy buenos viendo la globación de la economía, pero no sobre los efectos de la contaminación plástica en las aguas del mundo.

Algunas agencias de viajes y hoteles han comentado que la conducta de los turistas que viajan a destinos de playa es que «ya tienen esa conciencia de la contaminación» y prefieren no meterse al mar, pero no hay ninguna reacción respecto a cómo solucionar el problema: prefieren estar cerca de la contaminación que solucionarla. A este paso, ya no tendremos cómo hacer un buen ceviche para acompañar la cerveza y disfrutar de la brisa marina.

Tanto autoridades como empresarios turísticos tampoco han sido capaces de salvaguardar este paraíso económico, pues ni siquiera enfocan el fenómeno desde la perspectiva más básica que es la precaución por salvaguardar la salud del ser humano de una amenaza directa; algo que ayudaría indirectamente a mejorar el problema del medio ambiente.

 

Solo para que lo sepan: en las aguas de los mares hay productos químicos derivados de los plásticos ampliamente diseminados que pueden interferir en el sistema endocrino ( los órganos que secretan las hormonas que nos manitienen vivos). Las playas del océano Pacífico se encuentran entre las concentraciones más altas en los ejemplares marinos una tendencia que, gracias a las corrientes marinas, la presencia de grandes acumulaciones de basura se haciendo global, es decir, se extiende a zonas remotas del planeta.

De hecho, un estudio internacional titulado “Environmental Research Letters” y dirigido por la Universidad de Barcelona (UB) señaló que el volumen de suciedad vertida al mar superará los tres billones de toneladas métricas en los próximos 30 años, por lo que urgió a impulsar políticas específicas para “minimizar esta grave problemática medioambiental”, pues ya estamos superando las concentraciones de basura de los grandes vertederos terrestres.

Aunque hay potencial industrial para procesar plásticos, el estudio menciona que cada residuo abandonado, cada gramo que no se recicla o filtra adecuadamente en las depuradoras llega al mar, donde se acumulan entre 4,8 y 12,7 millones de toneladas métricas.

¡A comer ceviche plastificado!

 

Con información de EFE