La guerra Israel-Hamas se amplía; Irán con el dedo en el gatillo
La guerra entre Israel y Hamas ya se extendió fuera de las fronteras palestinas.
La muerte Saleh al-Arouri, segundo líder más poderoso del grupo extremista, abrió nuevos frentes en Líbano, en Cisjordania (donde las fuerzas israelíes mantienen ocupadas un 60 por ciento del territorio) y con la posibilidad de que Irán, a través de Hezbolá, interfiera en la frontera líbano-israelí. En el Mar Rojo, las brigadas huties de Yemen, combaten directamente a cuanta embarcación intente cruzar esa zona marítima. Todo esto, en tan sólo tres meses de conflicto.
El ejército israelí no se atribuyó el asesinato del dirigente hamista, sólo se ha concretado a decir que sus fuerzas aumentaron el nivel de alerta y que proseguirán con su ofensiva. El asesor del gobierno israelí, Mark Regev, llegó a señala que «quienquiera que lo haya hecho, debe quedar claro que no se trata de un ataque contra el Estado libanés», dijo en una entrevista para la NBC. «No fue un ataque ni siquiera contra Hezbolá, la organización terrorista… Quienquiera que haya hecho esto, realizó un ataque quirúrgico contra los dirigentes de Hamás. Quien haya hecho esto tiene quejas con Hamás. Eso está muy claro».
Por su parte, el grupo iraní Hezbolá dio a entender que está próximo a atacar objetivos israelíes mediante una «reacción severa» en represalia por la muerte del líder palestino. En un discurso pronunciado este miércoles, Nasrallah pidió a los 57 países participantes de la cumbre árabe-musulmana crear una alianza para «detener las agresiones en Gaza».
Pobladores palestinos en Ramallah y Cisjordania salieron a las calles exigiendo venganza, al tiempo que el ministerio de Asuntos Exteriores de Irán dijo que el asesinato de Al -Arouri «encendió una nueva oleada de resistencia y motivación para luchar contra los ocupantes sionistas…»
La misión de paz de la ONU, que se encuentra en Líbano desde 1978 para vigilar el cese de hostilidades entre Hezbollah e Israel en la denominada Línea Azul, aseguró la ituación en la zona se deteiora alarmantemente y dijo estar profundamente preocupada por la posibilidad de una escalada «que podría tener consecuencias devastadoras para la gente de ambos lados de la frontera».