Reino Unido es considerado uno de los países más avanzados en materia de servicios médicos de gratuidad. Sin embargo, ahora enfrenta una de las huelgas más intensas en la história de los beneficios sociales. Enfermeras, enfermeros, paramédicos y asistentes clínicos dejaron de trabajar luego de varios años de una caída de salarios que dejaron al sistema de salud nacionalizado (Service National Health, por sus siglas en inglés) al borde de una crisis médica..

Más de 100.000 integrantes del Colegio Real de Enfermería (Royal College of Nursing), que en realidad es un sindicato que agrupa a la mayor parte de trabajadores en enfermería, se unieron a la huega más grande que se haya registrado en ese país en 106 años que esa instancia tiene de existencia.

¿La causa?

La sobrepoblación ha superado la atención médica. Los trabajadores se quejan de la falta de personal para atender las necesidades médicas que se les exigen y, sobre todo, la falta de fondos para sus salarios que han dejando de devengar desde hace tiempo.

Hay enfermeras como Andrea Mckay que se han quejado por su incapacidad por atender a sus pacientes en un hospital en el suroeste de Inglaterra, donde sus colegas no pueden cumplir con una atención dedicada porque son muchos los pacientes que requieren de sus cuidados..

“La realidad es que, todos los días, las enfermeras de todo el Reino Unido ingresan a hospitales con poco personal”, dijo Mackay. “El NHS ha estado funcionando gracias a la compasión y la buena voluntad de las enfermeras durante años… Es insostenible”.

El trabajo voluntario tiene un solo objetivo, subsanar las necesidades de los pacientes, pero no se puede hacer todo el tiempo ni toda la vida, sobre todo cuando se tienen que pagar las facturas de la renta, el gas, agua, electricidad, y todos los servicios básicos contemporáneos.

Una enfermera pediátrica se quejó de haber atendido ella sola a 28 niños enfermos… sin apoyo alguno. Su profesión los obliga por juramento a no dejar a nadie sin revisión médica, pero parece que el Estado no hizo el mismo juramento que ellos para que les paguen sus sueldos.

¿Contra quién protestan?

El principal responsable que ellos identifican es el gobierno, pues el servicio es del Estado. El colmo de todo es que la profesión ha estado bajo estrés durante varios años, porque está desprestigiada ante médicos que se llevan la fama y los aplausos. La enfermería ha declinado entre la población británica que la ha llevado a considerar como una especie de servidumbre clínica, más que en un desempeño profesional. Incluso el número de estudiantes en enfermería ha decrecido ante la mala situación que viven estos profesionales. ¿Qué sería de un país lleno de médicos, pero sin apoyo de enfermería? Al parecer los propios médicos tendrían que termnar haciendo las dos cosas. ¿Les gustaría eso?.

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Uno de los puntos fundamentales de la huelga es que no hay camas suficientes para el gran número de pacientes que crece cada día ni personal para atender la larga fila de personas que exigen el servicio. Otros huelguistas describieron la situación médica como «aterradora» y «peligrosa» tanto para el personal como para los pacientes, pues si no hay insumos y medicamentos suficientes, es como elegir con la ruleta rusa.

Ellos argumentan que tanto sus pacientes como sus propios registros profesionales están en riesgo, ante ello, muchas enfermeras y colegas prefieren dejar su trabajo, lo cual empeora aún más la crisis médica.

¿Exigencias?

Los paristas, que sólo protestan dos días a la semana, piden un aumento del 19 por ciento y que se cubran las vacantes actuales. Esto es porque sus sueldos han estado congelados desde hace al menos tres años. para empeorar todo, la pandemia ha elevado el número de pacientes de manera alarmante. El gobierno británico afirma que la inflación hace imposible que se cumplan esas exigencias.

Lo peor de todo es que otros sectores como los empleados de los ferrocarriles, autobuses, carreteras y fronteras de Gran Bretaña buscan seguir la misma medida, con lo cual se paralizaría la movilidad nacional. Por lo pronto, los maestros, trabajadores postales y, hasta los maleteros de los aeropuertos, están punto de declarse en paro antes de terminar diciembre.

Sólo para que lo sepan; la situación en Reino Unido no es diferente a la que se vive en México, con un Seguro Social que argumenta que no tiene recursos suficientes para subir a piso a un gran número de pacientes que requieren operación quirúrgica. Los médicos los mantienen en colchonetas porque aseguran no hay camas disponibles Los rondines que realizan «a sus pacientes» sólo sirven para tratar de paliar su angustia, pero no hay una atención seria y profesional. Han habido quejas de familiares que aseguran que sólo fingen dar tratamientos y evaluaciones clínicas en un país que, al igual que Inglaterra, dice priorizar la salud de su población.

Con información de CNN