Francia, el deporte visto como diplomacia
La Marsellesa sonó dieciséis veces (¡qué lástima!), las mismas que denotaron las medallas de oro ganadas en los Juegos olímpicos de París 2024. Siendo la sede, Francia designó a 573 atletas para participar en 35 especialidades, no se equivocó, muchos de ellos, salieron victoriosos o posicionados en el ranking olímpico.
De acuerdo con el portal del gobierno de ese país (https://www.diplomatie.gouv.fr/) , el deporte es considerado más un medio diplomático que como una proyección política o hegemónica. Tal vez una prueba de ello son los eventos que ha albergado: los habituales campeonatos de tenis, en Roland Garros y de la Tour de France; el Campeonato de Basquetbol en 2017, el Mundial de Golf (2018), la Copa femenina de Futbol (2019), el Mundial de Ciclismo en 2021, el de Esquí alpino, el de Para Atletismo y de Rugby en 2023 y, ni qué decir, de la Eurocopa de la cual fue sede tanto en 2016 como en este mismo año (donde resultó campeón europeo).
La France tiene la gran fama de ser una gran anfitriona, y cómo no, si casi toda la historia de Europa y quizás de Occidente, pasó por este país que definió la cultura, la literatura, el pensamiento crítico, el arte plástico, la escultura, la ciencia política, la arquitectura, la fastuosidad de sus celebraciones, la moda, la gastronomía, los vinos, las costumbres bonne vivant y hasta la filosofía, etc. (lo siento, aquí tengo que decirlo, pero sólo ha habido tres potencias filosóficas en la actualidad: Inglaterra con el empirismo; Alemania con el análisis metafísico y el racionalismo francés, fuera de ello, ningún otro país, salvo Estados Unidos que fue sede de las escuelas posteuropeas, se apuntan esa medalla).
Armar un evento de magnitud mundial en las laderas del Río Sena para abrirlo completamente a la población local y turística fue una gran idea, aunque muy criticado porque se celebró ahí la competencia de diez kilómetros de natación en aguas abiertas (esto porque se decía que no cumplía con los requisitos de sanidad que se esperaba). De todas formas, los atletas, si querían una presea, tuvieron que nadar ahí, partiendo del Puente Alejandro III, donde resultaron ganadoras la holandesa Van Rouwendal Sharon (Oro); la australiana Johnson Moesha (Plata) y la italiana Taddeuci Ginevra. También los caballeros se arrojaron al agua, sólo para salir vencedores los húngaros Razoszky Kristov (Oro) y Bethlem David (Bronce), acompañados por el alemán Klemet Oliver en la plata.
Sólo para que lo sepan, según la Inteligencia Artificial (IA) el himno nacional de Francia es uno de los más bonitos del mundo, escrito por Claude Joseph Rouget de Lisle, el 14 de julio de 1792. En segundo lugar, el Star-splagled banner, de Estados Unidos, seguido por el himno Kimigayo de Japón «Kimi-ga-yo» que en español significa «El reino de Su Majestad Imperial. En cuarto lugar, está el Nkosi Sikelel’ de Sudáfrica, que fue creado en 1997 durante el gobierno de Nelson Mandela, el cual reúne vocablos de los cinco idiomas más hablados del país: xhosa, zulú, sesotho, afrikáans e inglés.
El quinto y último, es el de la India conocido como Jana Gana Mana, creado en 1911 por Rabindranath Tagore, quien fue Premio Nobel de literatura. Por pura casualidad, ¿se dieron cuenta de que los primeros tres himnos son los de las tres potencias ganadoras del medallero? (Francia en el quinto lugar del medallero, tiene el primer lugar por su himno nacional, si no, que se lo pregunten a los Beatles).
Después de esto, no me acercaría a la IA, que ni siquiera posicionó al himno mexicano por su belleza y marcialidad. (¡Es broma!).