«Disfruten lo que queda; ya nos comimos al futuro»: comunidad científica mundial

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«Disfruten lo que queda; ya nos comimos al futuro»: comunidad científica mundial

A lo largo de la historia, vemos una relación lineal entre el hombre y el medio ambiente: el uso de materias primas para transformarlas en bienes de conveniencia propia. Desde la Revolución industrial a mediados del siglo XVIII hasta la actualidad, esta situación no sólo no ha cambiado sino que se ha acelerado a un nivel desalentador para numerosos científicos preocupados por la salvaje explotación de la naturaleza y aseguran que… ¡ya es tarde para remediarlo!

Esta visión catastrófica no viene de ecologistas o defensores del medio ambiente sino de expertos que se han enfocado en el tema de la perspectiva actual en más de 150 estudios realizados en las universidades de California en Los Angeles, Stanford y Flinders sobre las cuestiones ambientales ocasionadas por el fastidioso cambio climático.

Esta vez la conclusión irá antes que las causas y es que estamos caminando hacia un claro «futuro espantoso», donde «la supervivencia de todas las especies, incluida la nuestra, está amenazada», coincidieron. «La pérdida de biodiversidad y el cambio climático acelerado en las próximas décadas, junto con la ignorancia y la inacción política, simplemente amenazan la supervivencia de todas las especies, incluida la nuestra», puntualizaron.

Las investigaciones señalan que las cuestiones ecológicas causarán serios problemas al mundo de manera global, según un artículo titulado Underestimating the Challenges of Avoiding a Ghastly Future que se publicó recientemente en la revista Frontiers in Conservation Science.

Les dije antes que primero iíbamos a abordar las conclusiones, porque los estudios realizados del fenómeno se refieren más a las conclusiones «a posteriori», es decir, a los efectos de seguir como estamos haciendo en la actualidad.

El colapso de la biodiversidad; el inicio de la catástrofe

Corey Bradshaw, autor principal del artículo, prácticamente nos dice que ya no hay salvación para nuestro planeta, debido a que «los líderes mundiales necesitan una ‘ducha fría’ sobre el estado de nuestro medio ambiente, tanto para planificar como para actuar en aras de evitar un futuro espantoso».

La Tierra no podrá soportar la vida compleja cuando la erosión ecológica colapse a la biodiversidad. Vamos a traducirlo: el entorno de las especies es la que permite que el planeta tenga la información apropiada para albergar a las cadenas de seres vivientes. Cuando ésta colapsa, la falta de registros biológicos ocasiona una baja en el adecuamiento del medio ambiente, que es el que soporta a la fauna y flora de un habitat; algo que ya está sucediendo.

«La humanidad está provocando una rápida pérdida de biodiversidad y, con ella, una perdida de la capacidad de la Tierra para soportar la vida compleja. Sin embargo entre las corrientes principales de opinión se están teniendo dificultades para comprender la magnitud de esta pérdida, a pesar de la constante erosión ecológica provocada por el tejido de la civilización humana», dijo.

«De hecho, la escala de las amenazas a la biósfera y todas sus formas de vida es tan grande que es difícil de comprender incluso para los expertos bien informados», continuó. «El problema se ve agravado por la ignorancia y el interés propio a corto plazo. Por la búsqueda de la riqueza y los intereses políticos que obstaculizan una acción que es crucial para la supervivencia».

Ningún sistema político o económico está a salvo

Lo peor todavía no viene a nosotros, pues apenas se están acomodando para ser una condición terminal de la humanidad y eso es cuando ya nada pueda operar, funcionar o servir para algo; es decir, cuando yaa no se pueda mantener el orden y el control.

«Ningún sistema político o económico está preparado para manejar los desastres predichos. Detener la pérdida de biodiversidad no es ni mucho menos una de las principales prioridades de ningún país, y está muy por detrás de otras preocupaciones como el empleo, la atención médica, el crecimiento económico o la estabilidad monetaria, dijo Paul Ehrlich, profesor de la Universidad de Stanford.

Sin más preámbulos, Elrich dijo que se haga a un lado el optimismo seudoecológico ante políticos que sólo han sabido engordar los bolsillos de las industrias nacionales, sea cuales sean. Crear una conciencia proambiental tampoco servirá, además de que nunca se hizo esa promoción debido a que la población mundial estuvo más ocupada en tratar de sobrevivir a lo que consideraba más su satisfacción inmediata como superar sus carencias, el hambre o la falta de oportunidades, lo cual a su vez fomenta el consumismo a una escala de depredación planetaria..

Se habla del futuro, cuando en realidad éste ya no existe. La sociedad se ha dedicado más a robar al futuro, pues a guardar algo de él, pues lo que necesita ya no está en el porvenir sino en el ahora. Nadie puede saquear al futuro, pero sí, acabar con él desde el presente. Obviamente, son las generaciones venideras las que tendrán que lidiar con el escabroso panorama que viene.

«La humanidad está ejecutando un sistema fraudulento piramidal a nivel ecológico en el cual la sociedad «roba» a la naturaleza y a las generaciones futuras para pagar hoy por una mejora económica a corto plazo», afirma Erlich. «La mayoría de las economías operan sobre la base de que la lucha ahora es demasiado costosa para ser políticamente aceptable. Combinada con campañas de desinformación para proteger las ganancias a corto plazo, es dudoso que la escala de cambios que necesitamos se realice a tiempo», afirmó.

 

Y para qué sirven los científicos

Dan Blumstein, profesor la Universidad de California en Los Angeles, es de los que afirman que la labor científica ya no puede garantizar nada. y tampoco se mide al decir que hay tal decepción entre su colegas que ahora hablan sin tapujos y con frivolidad de la problemática, la cual ya ni siquiera ven como amenazante, sino real.

Escena del final de la película El planeta de los simios con Charlton Heston

«Lo que estamos diciendo puede que no sea popular y, de hecho, es aterrador. Pero debemos ser sinceros, precisos y honestos si la humanidad quiere comprender la enorme magnitud de los desafíos que enfrentamos para crear un futuro sostenible», declaró el experto. «Sin una voluntad política respaldada por una acción tangible que se adapte al tamaño de los problemas que enfrentamos, las tensiones añadidas provocadas por los problemas de salud o el reparto de la riqueza, disminuirán perversamente nuestra capacidad política para detener la erosión ecológica de la Tierra: el sistema vital del cual dependemos todos», prosiguió.

«El crecimiento y el consumo de la población humana sigue aumentando, y todavía estamos más enfocados en expandir la empresa humana que en diseñar e implementar soluciones para problemas críticos como la pérdida de biodiversidad. Para cuando comprendamos completamente el impacto del deterioro ecológico, será demasiado tarde», vaticinó. «Sin apreciar y difundir plenamente la escala de los problemas y la enormidad de las soluciones requeridas, la sociedad no logrará alcanzar ni siquiera los objetivos de sostenibilidad más modestos, a lo que seguramente seguirá una catástrofe», concluyó lapidariamente.

Con información de National Geographic
Foto portada: Imagen de Enrique Meseguer en Pixabay