Ucrania, ¿una bitácora bélica conocida?

Tal vez la atención sobre la crisis en Ucrania esté puesta en la invasión que podría efectuar Rusia, pero es probable que ésta ni siquiera se lleve a cabo, aunque por supuesto se dice en los medios de comunicación que ya lo hizo. En realidad, su estrategia de ocupación ya estaba establecida desde adentro del territorio con los grupos separatistas que lo han favorecido, y que lo han llevado a un éxito por el momento. Es decir, ¡Rusia ya había invadido a Ucrania desde hace tiempo!

¿Cómo se encuentra el tablero?

Rusia mantiene desplegadas a más de 150 mil tropas en la frontera compartida con Ucrania. Estados Unidos y la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN) consideran que se trata de una fase preparativa de invasión militar. Aunque Moscú lo ha negado, también ha respondido que tiene el derecho de realizar movilizaciones a donde lo crea necesario, sobre todo si considera que su seguridad nacional y la de su población, está amenazada.

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Los temores de Rusia

El móvil de la crisis es que El Kremlin no quiere que Ucrania abrigue la membresía eurocomunitaria y, en su lugar, propone que permanezca como un estado neutral, tal como Armenia, Azerbaiyán, Kazajstán y Georgia; este último al igual que Ucrania, ha querido pasarse al lado occidental. La verdad fue que a partir de la caída de la Unión Soviética, Rusia ha visto mermada su zona de influencia con la independencia de Lituania, Letonia y Estonia, los cuales lograron su adhesión a la alianza europea.

 

 

Mientras tanto, fuerzas separatistas prorrusas ya se habían movido con apoyo de Moscú para consolidar su control en dos puntos muy importantes de su población rusoparlante en Ucrania, estas son Donetsk y Luhansk; ambas conforman la región llamada Dombas, que en 2014 se autoproclamaron como “repúblicas populares” independientes.

Para acabar los combates mutuos, se propuso un alto al fuego que se quedó en el aire, pues los separatistas aseguran que no han dejado de repeler ataques de fuerzas ucranianas que han intentado recuperar sus dominios.

Occidente, a un paso de imponer sanciones a Moscú

Este lunes, el presidente Vladimir Putin reconoció por decreto la independencia de esas zonas y, con esto, logró introducir sus fuerzas sin mayor problema, argumentando que su intención era desplegar operaciones de mantenimiento de la paz.  Hay que recordar que la misma situación la realizó durante la crisis entre Armenia y Azerbaiyán a finales del 2020. También a principios de enero de este año para evitar la posible caída del gobierno kazajo ante una rebeldía popular por el aumento de los precios del gas.

La reacción de Occidente no se hizo esperar. El mandatario estadounidense Joe Biden aprobó sanciones comerciales contra las regiones separatistas, las cuales también se espera que sean respaldadas por la Unión Europea, Japón y Australia, esto en caso de que las maniobras militares rusas aumenten. De entrada, Alemania se rehusó a dar seguimiento al proceso de certificación del gasoducto Nord Stream 2, con el que recibe el abastecimiento de gas desde Rusia.

Sólo para que lo sepan: la Segunda Guerra Mundial se inició con un incidente muy parecido al que ahora esgrime Rusia. Hitler apostó sus tropas en la frontera con Polonia el 31 de agosto de 1939; nadie esperaba que pudiera realizar una invasión, pero para el primero de septiembre, el territorio polaco ya estaba en manos alemanas. El principal argumento que el Fuhrer presentó era la recuperación de los territorios que le habían sido confiscados a Alemania tras la Primera Guerra Mundial. Para cuando, Francia y Gran Bretaña habían reaccionado, ya era tarde, una gran guerra ya estaba en proceso.