Geoingeniería, ¿colorear el cielo para revertir el cambio climático?

Subes la vista y lo que ves es un cielo color rosa, ¿rosa? Por otro lado, en Francia se ve otro de tonalidad verde. No, no es una metáfora que alude a la equidad de género o al compromiso ecológico, sino de un gas colorante que la geoingeniería está pensando usar para enfriar la estratósfera y revertir el cambio climático. Las ciencias del aire han estado buscando métodos para lograr este objetivo, entre estos, algo que se conoce como inyección de aerosol estratosférico.

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Se trata de una solución que podría usarse a corto plazo, pues la comunidad científica internacional cada vez está convencida de que no hay manera de disminuir, ni siquiera en una mínima parte, los gases tóxicos responsables de que las temperaturas globales estén subiendo 1,5 grados centígrados por encima de los niveles preindustriales.

¿En qué consiste el plan?

Esta medida permitiría un control relativo al enfriar las capas atmosféricas más altas de la Tierra, pero también tiene inconvenientes que los propios hombres de ciencia ya están evaluando. Entre estos, se encuentra Kate Ricke, experta en geoingeniería del Instituto Scripps de Oceanografía, quien teme que usar ese proceso en un sólo país, afectaría a todo el planeta, no sólo porque se cambiaría el balance energético global, sino porque las partículas se dispersan.

Veámoslo así, la inyección de aerosol estratosférico es casi como crear un grafiti en el cielo, se expulsa un colorante en la hiperatmósfera que regula la temperatura, la reacción con los gases tóxicos le da tonalidades que dependen de su toxicidad, por lo que el colorante puede variar del rosa, al verde o incluso al café.¡Por primera vez en la historia de la humanidad estamos viendo la posibilidad de cambiar la atmófera tal como la hemos conocido hasta ahora!

El efecto de color puede durar hasta dos años y conforme pasa el tiempo, éste se desvanece y paulatinamente, el cielo vuelve a recuperar su original azul, que es el que le da la presencia del ozono. Y no es una broma, es algo que se conoce como geoingeniería, proceso conocido como la inyección de aerosol estratosférico, solo que en lugar de un pigmento; los ingenieros rociarían un sulfato que rebota parte de la radiación solar hacia el espacio, con esto, se espera enfriar un poco el planeta.

Las ráfagas de vientos «crearán» el color

Para entenderlo con manzanas, los expertos lo relacionan con el efecto volcánico. Un supervolcán cuando hace erupción carga la estratosfera con aerosoles que bloquean el sol. Se ha dado el caso que las cenizas llegan a países de otros continentes como fue el caso del Chichonal, en Chiapas, cuya erupción en marzo de 1982 formó una meganube de más de tres kilómetros que afectó a la mitad de la república mexicana e incluso se extendió hasta a algunas partes de Medio Oriente, India, Hawai y Japón. Todo esto ocasionado por las ráfagas eólicas.

El hecho de que este material se distribuya de manera uniforme es sólo una conjetura, pues los cielos del globo no son estáticos, sino dinámicos. “Si lo haces en un solo lugar, afectará a todo el planeta”, asegura la científica climática Kate Ricke, quien estudia la intersección de la geoingeniería, el comportamiento humano y la economía en el Instituto Scripps de Oceanografía. “No solo porque se ha enfriado y cambiado el balance energético global, sino porque las partículas se dispersan”.

Sólo para que lo sepan: Existen varias tecnicas de geoingeniería, además de la que expusimos arriba, también está la llamada gestión solar que es la que implica el uso de aerosoles, el blanqueamiento de las nubes marinas para crear un sistema de refracción de la luz del astro Rey. Otra es el adelgazamiento de la nubes conocidas como cirrus; esto permitiría que el calor se escape hacia el espacio. También se considera la plantación de monocultivos alterados genéticamente para propiciar que reboten los rayos solares. Y por si todo eso falla, también está el sembradío de nubes para cambiar los esquemas de precipitación.

Por ahora, no se ve la posibilidad de que esta tecnología pueda aplicarse al medio ambiente, pues su uso está impedido por una moratoria que abarca a 193 países dentro del Convenio Sobre Diversidad Biológica.

También resulta interesante saber que las firmas petroleras están invirtiendo en estos procesos, la administración Trump fue proclive a esta acción. Se ha mencionado a Rex Tillerson, ex secretario de estado del magnate,y director ejecutivo de la petrolera Exxon Mobile, como uno de los más favorables a los modelos de geoingeniería. ¿Porqué? Pues porque eso les permitiría seguir con el negocio de los hidrocarburos, que es uno de los más contaminantes del planeta.

Con información de The Hill

Comments

  • Cristhian Rodriguez
    12 enero, 2022

    Muy interesante y a la vez preocupante, ya que mencionan que esto lo están evaluando como una alternativa derivado de la nula reducción de los gases invernaderos que afectan el calentamiento global. Ojalá podamos seguir leyendo de esto.

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